PINTURA










Óleo sobre madera
170 x 170 cm
2021




"Meditaciones"
Óleo sobre lienzo
50x70cm
2019



Políptico: "De los cuentos y otros símbolos para el alma" 2018
óleo sobre papel. 
500 X200  cm. aprox





Acuarela
50 x 70
"El saber si ocupa lugar"
2016


Oleo sobre papel
40 x 40 aprox.
"Niña contando un cuento"
 Agosto 2014 (Montalvo)




 Acuarela sobre papel
Armonia 2
2016
 Serigrafia sobre papel
"En las nubes"
2014


 Temple
"Reverso"
2013


 Pastel
"Alas"
2014

Llegó el momento de desentumecer las alas y echarse a volar.


Acrílico sobre lienzo
100 x 81
" A Tientas"
2015

Esa noche tuve un sueño en el que veía avanzar a una joven, vestida con un atuendo que me recordaba a los sesenta, tal vez como hubiera vestido mi madre en su época de estudiante, que avanzaba, a tientas, por un espacio indefinido, oscuro y gris. Llevaba una linterna cuyo haz de luz iluminaba estanterías llenas de libros a su paso. Caminaba despacio pero no estaba asustada. En el sueño no iba sola, pero era segundario un acompañante. A la mañana siguiente interpretando el sueño llegué a la conclusión de que esa luz es la vía al conocimiento, o a la sabiduría. Esa luz en mi vida puede ser la meditación, esa luz puede ser mi motivación actual por el aprendizaje, o por ese deseo de paliar un poco mi ignorancia.
Siempre me han llamado la atención las pinturas de temática onírica y, en la técnica, encuentro influencias de las ilustraciones de cuentos de misterio y fantasía.
Hay algún antecedente en mis creaciones anteriores, que pueden intentar captura un ambiente similar.


Acrílico sobre lienzo
97 x 97
"Pez"
2016
Es una doble lectura, la que puede hacerse. De una parte representa lo sola y perdida que me siento en un lugar tan grande, la inmensidad que me queda por aprender,  de otra lo feliz y serena  que me siento con la oportunidad de estar aquí, “como pez en el agua”, tranquila de que, pese a todo, se que estoy donde tengo que estar.


Una gran masa de agua como un océano, inmenso, incognoscible y frío, pero a la vez bello, tranquilizador. Pretende, que no digo que lo consiga, generar cierta sensación sublime, como hacia algo inabarcable, como en un sueño, lo que verías si eres precipitado a un mar profundo, sin fondo visible, dentro de una cápsula transparente, como una pecera de personas, onírico. No agobia porque hay luz. Ese juego con el color, que la luz hace en las grandes masas de agua, por  la que nada un pez:  ser temeroso y débil, pero a la misma vez escurridizo y rápido. No es cualquier pez, es un pez naranja, de los tantos que cada año me empeñaba en cuidar en una pecera redonda en la cocina de mi casa de la infancia. Es un pez de agua fría y dulce. Es un pez llamado Coi, en realidad, una carpa japones

PERSONAS

Grafito sobre papel
"Mi madrina"
2014

"La negra"
Óleo sobre lienzo
2008
Gracias, tia Mari.



Óleo sobre papel
50 x 70 
"Tres indias"
2014

Acrílico sobre lienzo
100 x 81
"Niña, anciana y mendiga"
2016

Hay veces que los rostros de personas anónimas no nos dejan indiferentes.

Desconozco la historia de esta mujer, pero su mirada me marcó la primera vez que la ví, y me sorprendí pensando, sin mayor análisis ni profundidad: “Es, a la vez anciana niña”.


La imagen no es robada. Pasé vergüenza al rogarle que me dejara fotografiarla, a cambio de unas monedas. Asintió con la cabeza al mostrarle el objetivo, y posó unos instantes para mí. Mi explicación de para qué era la imagen no se si la comprendió, no  dijo nada, no respondía a mis preguntas. Me sobrecogía su mirada. Al marcharme, me sentí muy ruin al no hacer por ella nada más; y así sigue siendo, cada día que la veo en el mismo semáforo, cuando llego en coche a la facultad. Me enfrenta con mi propia sombra, con el fantasma que no ver claro que tiene de noble en mí, el querer ser artista, de que le sirve a la sociedad. No pretendo con esto,  posicionarme ante la cuestión de qué aporta el arte a la sociedad hoy en día, sólo manifestar la contraposición de las emociones sentidas.
Volví con el cuadro terminado, para darle las gracias, pero ya no la encontré más. 




Oleo sobre tela 
50 x 70
En proceso
(Mara en Montalvo)

Mara venía de visita unos días a la aldea, sus progenitores son amiges de les vecines. Les niñes entran y salen de la casa de Viole, es su energía.  Mara se queda a pintar conmigo en la cocina y decido retratarla, como retrato de la inocencia con la que me encuentro al pintar, de nuevo ante el lienzo blanco, como retrato de la infancia que tanto me importa y me incumbe. Esta imagen del cuadro es de cuando aún no estaba acabado, después se añadió con trazos de niña, dibujos típicos de  las etapas iniciales del dibujo.



"Las Manos de Ignacita"

Oleo sobre lienzo, 30 x 40 aprox.


PAISAJES


                                                          


Díptico Damasco
Acrílico sobre tela
110 x 110

Esposición Fráfiles Enero 2017
Exposición  "Pasajeros" Biblioteca Regional de Murcia 2/2017 y Hall de La UNED Cartegena 3/2017


La guerra de 6 años de duración ha devastado a la niña bonita de Siria. Ha hecho desaparecer un país. Sus gentes huyen horrorizadas esperanzadas de refugio hacia una Europa frias, irreverente, inhumana que los mira del otro lado de la concertina con desconfianza, y le tira migajas para acallar su conciencia. Con razón, nos volverá en forma de odio de las generaciones venideras por el trato recibido. Que triste que la historia de la humanidad no nos ayude aprender y que estemos tan alejados de nuestra naturaleza.
También hay haces de luz en Europa, hay gente asociada en incansable lucha por acabar con esta injusticia. #noosolvidamos.
Gracias Pasajeros, gracias amigos de Ritsona, Gracias voluntarios, gracias a todes.

Esta obra se realizó durante la asignatura de Pintura de Paisaje en 2016, con la profesora Victoria Chezner.
Oleo sobre tabla
210 x170
"Gran Vía"
2008

Oleo sobre tabla
100 x 100
"Puerta de Alcalá"


Técnica mixta
40 x 30
"Arco de Santo Domingo"





Acrílico  sobre lienzo
150 x 90


Me gusta especialmente la pintura de paisaje. Me gusta interpretar la realidad de la ciudad siendo fiel a la estructura que esta sustenta. Me gusta ponerla bonita, jugar en ella con el color, darle nuevas ópticas, transformarla.

 Cursé una asignatura en primero, “Paisajes culturales” se llamaba, que me abrió una puerta a la observación de la naturaleza y del entorno desde otros prismas y culturas y me hizo comprender el estrecho vínculo que existe entre el arte y la filosofía.
Hay una asignatura de Pintura de Paisajes en la carrera, que espero poder cursar pronto. He intentado, sin éxito aún, cursar alguna de las becas de paisajes que existen desde la universidad de Murcia. Me he presentado a varios certámenes de pintura aire libre en los últimos años. En definitiva, la pintura de pasaje es un camino que exploro desde hace algunos años, como verá en el apartado de antecedentes, y que aún así, no termino de resolver con la facilidad y soltura que me gustaría. Me .supone siempre un reto.

Parece estar en desuso, desde las vanguardias, la intencionalidad de generar belleza, como el fin ultimo en las creaciones artísticas, en pro de comunicar y contar historias que van más allá del mero objeto artístico. Parece también que, en los últimos años, no pocos artistas reivindican la recuperación de la belleza en el arte, frente a la ruptura con esta que lo ha caracterizado a lo largo del periodo que hemos denominado “contemporáneo”. Seguramente la dicotomía que planteo no sea tal, ya que parece que todo cabe en alguno de los cajones de  la multiplicidad de discursos que acontecen, y de los que conozco sólo pinceladas, pero me situaría del lado de aquellos que siguen esa tradición de antaño y pintan paisajes, en sus múltiples técnicas, porque en definitiva creo que todo lo que yo hago podrían denominarse paisajes, los hay más evidentes como este, y los hay más oníricos e  interiores, pero todos lo son.

El lienzo presenta un atardecer ficticio en la ciudad donde nací, Murcia.
Combina la paleta de colores capturada en mi retina, de los muchos sublímes  atardeceres vividos, la silueta dispersa en el horizonte  y los voluminosos y cúbicos edificios de la ciudad, atravesados por la torre de la catedral, protagonista de su paisaje.

No partí de una única fotografía, si no de la combinación de varias y de la invención del color y las forma a partir de un dibujo previo, mas fiel a la estructura de la ciudad, que ha modo de esqueleto, sustenta los empastes de colores verdes y ocres que dan cuerpo, volumen y textura.



Acrílico sobre lienzo
50 x 70 



        Acrílico sobre lienzo
40 x 80 aprox.