ESCULTURA







Título: "Come y calla"

 33 x 38 x 30 cm *

Ensamblaje con materiales de desecho y resina de poliéster.

Nana Pez, 2020.

 

 

Esta pieza forma parte de una serie cuya temática se construye entorno a los derechos de la infancia. En concreto, abarca el tema de su vulnerabilidad ante el consumismo. Come y calla, pretende hacernos reflexionar sobre varios  aspectos: lo adictivo y nocivo de la basura en las pantallas, en la alimentación, los desechos que esto genera al medio ambiente y la responsabilidad adulta entorno a ello.

Se compone de dos piezas complementarias realizadas a partir de un mismo molde de un modelado en barro. Ambas contienen los materiales de desecho recogidos en la hora de la merienda, en mi trabajo como educadora, durante este curso 2019/2020.


Bocetos para la pieza "Come y calla"




"Pensadora"
2019

Cerámica



"Piedra, papel o tijera" 2019

Esta pieza sugiere la aparente inocencia de las estrategias de manipulación desde quienes manejan el poder.



"Ego" 2019


"Ego" nos sugiere que los académico puede cerrar la mirada hacia uno mismo.





"Prohibido jugar a la pelota"
Hierro y madera
2014/2020
Crecí en un edificio de once  plantas y cinco puertas en cada una, con un patio abajo, donde nos juntábamos habitualmente una veintena niños y niñas de diversas edades,  cuando veníamos del cole, con los patines, las pelotas, las meriendas…. Entraba la noche y allí seguíamos disfrutando y dedicados hasta el agotamiento a nuestra tarea fundamental, el juego. EL castigo más terrible era que no me dejaran bajar a jugar. El telefonillo sonaba y oía a mi madre decir,:  No. Ana hoy no baja, está castigada.- Pasaba la tarde oyendo los gritos, risas y pelotazos desde la ventana de mi habitación. Una tortura. Menos mal que no era muy frecuente, yo era una niña buena.

¿Hoy ese patio está más bonito? Lo cuidan cada semana, recortan en césped como una alfombra aterciopelada y las abundantes flores, árboles y arbustos son de catálogo, pero está muerto. Sólo sirve para ser observado cuando entras o sales del edificio, como un trampantojo pintado en la pared. Ya no juega nadie en él. Antes, por más que lo cuidaran, no podía tener ese pulcro aspecto. Tenía aspecto de patio vivido. Para una parte importante de esa comunidad, para los niños, era un lugar lleno de fantasías y  multitud de posibilidades. Hoy, se ha puesto de moda en las comunidades de vecinos poner en sus patios carteles como este:


Esta, en mi opinión, es otra muestra de tantas, de que las libertades en infancia están desprotegidas. Vivimos en una cultura adultócrata. El niño no sabe que no hay legislación que lo prohíba explícitamente. Estaremos de acuerdo en que hay muchas formas de jugar con la pelota. No es lo mismo que hacerlo con un balón de reglamento, en la fachada de un vecino o a horas en las que se descansa. Es labor y obligación del adulto acompañante del menor, enseñar al niño a jugar siendo respetuoso con los demás, pero en vez ser responsabilizarnos, prohibimos, que es más cómodo.
La infancia tiene derecho a jugar, como derecho del niño o niña a serlo. Así está recogido en el decálogo de los derechos de la infancia.
Todos los niños tienen derecho al descanso, a jugar, entretenerse, divertirse y a realizar y participar de actividades recreativas. Los niños y niñas tenemos derecho a disponer de tiempo, compañeros y lugares para jugar.

Nos atrevemos a limitar y prohibir el primer acto creativo del ser humano, una actividad que es fundamental para el desarrollo de la persona, de la imaginación, de la inteligencia y a través de la cual se conoce al otro, se desarrolla la empatía, se comprenden las normas de convivencia, se aprende a ser social y se es feliz.

El juego en la infancia empieza a existir como lo conocemos hoy cuando esta etapa temprana de la vida se desvincula de los procesos productivos, porque estos se vuelven demasiado complejos para hacer participar a los niños y niñas en ellos y empiezan a crearse herramientas mas sencillas y pequeñas, que serían el origen de los juguetes.
¿Hacia dónde vamos privando del juego a la infancia y sustituyendo los juguetes por máquinas en edades cada vez mas tempranas? ¿Qué va a suponer que los niños/as jueguen casi siempre solos?



Los personajes que me habitan. 2017. Argentina.

Proyecto de cerámica, libro ilustrado y audio.












“Los personajes que me habitan”  es una deconstrucción de mi personalidad a través de la simbología de los arquetipos jungianos y las metáforas de los cuentos. Para ello he elaborado nueve títeres de cerámica industrial blanca, papel, tela, chamote, algodón, cuerdas, cartón… optando por los materiales orgánicos.
Cada personaje viene acompañado de una historia que lo presenta y de un libreto de ilustraciones que funcionaron como bocetos de los mismos. Además, todos están contenidos en una caja de cartón con una máscara de cerámica de mi rostro deformado. Para elaborar la máscara hice primero un molde de alginato, la máscara en yeso, y después su contramolde del que luego hice la máscara con barbotina. Las deformaciones que fueron sucediendo por varios errores, en este caso, beneficiaron al resultado final a mi parecer, cargándolo de significado.
Para la realización del proyecto visité el museo del títere en CABA de Mané Bernardo y Sarah Bianchi, y los trabajos de Javier Villafañe, en la Andariega,  y Elba Fábregas. También busqué los espectáculos de marionetas sobre agua de Hanoi (Vietnam). Otros referentes han sido: Las compañías Hormigas suben al árbol, Mi Maya Teatro (Dori Cantero) y Periferia Teatro.

















 Talla en alabastro
"Presente continuo"
2016

"Aquel cuya mente es tan firme como una roca,
el que no es atraído hacia las corrupciones,
el que no se enojó incluso cuando fue provocado,
él es en verdad el hombre feliz. Nada puede entristecerlo."
(Buda)

La espiritualidad Oriental se extiende por occidente, especialmente en las últimas décadas. Éste es  el empeño de muchos maestros.  Conozco más a fondo el caso del Maestro Zen Thich Nhat Hahn, que considera que si la filosofía budista no es accesible, ésta pierde su sentido cuando tiene potencial de ser motor de cambio en el mundo. Para ello, ha viajado por muchos países, ha escrito más de cien libros, que exponen su sabiduría con sencillez, ha abierto las puertas de su monasterio: Plum Village, para hacer retiros, a todo el que lo desee. Desde allí, los monjes han impulsado la creación del movimiento de Escuelas Despiertas, que forma a maestros con el fin llevar el mindfulness a los colegios. A través de estos cursos me acerqué a su filosofía.
En este proceso de formación y crecimiento personal me hallo sumergida cuando se plantea la actividad para la asignatura de generar una idea para hacer una talla en piedra.
Durante las sesiones teóricas al inicio de la asignatura, en la exposición de algunos ejemplos, me llamaron la atención las vetas de la piedra de Alabastro, y pensé en que sería interesante que mi trabajo las ensalzara.
También quería ponerme otra premisa, la sencillez. Suelo enredarme con frecuencia en procesos muy complejos, cuyo resultado parece no llegar nunca y suele decepcionar.
La idea surge de que, en los espacios de meditación, suelen ponerse pequeños altares, donde  hay alguna vela, incienso, la foto del maestro y figuras de buda. Para las escuelas occidentales esto, lógicamente, está fuera de lugar. Igualmente, para aquellas personas que no son budistas y no “creen” en las ideas místicas de esta filosofía, como, por ejemplo la reencarnación, pero si practican meditación y consideran positivos para su vida los valores de respeto a los seres vivos y a toda la naturaleza. Una estatua de Buda les sirve para recordarles la importancia de la persistencia en la práctica,  de tener la mente firme como una roca.
Mi trabajo es, por tanto, una pieza que recuerda esa persistencia, al margen de la honorable figura de Buda. Un homenaje o ensalzamiento a la figura del practicante.
La he titulado “meditando”, por  dos razones:
La primera, porque prefería poner el acento en la acción más que en la figura del meditador. El verbo meditar es la acción de no hacer. La otra, porque es un gerundio, que forma parte del tiempo verbal “presente continuo”. Una de las principales ideas del meditador es habitar el tiempo presente, el aquí y el ahora, como una de las máximas para obtener la felicidad. Vivir en el pasado y en el futuro, nos genera sufrimiento.

El acabado de pulido en la cara interior, al igual que las vetas de la piedra,  simbolizan el trabajo de trasformación personal interior, que quienes practican llevan a cabo en sus vidas.

"Flotar" 2016 
"Meditar"
2016
 Talla en hormigón
"Todo es mentira"
2014

No me permito vivir sin…
                                                                  Pensamientos entorno a qué valoramos en nuestra vida.
(Nana Pez)
Lo esencial está enterrado.

Excavaciones arqueológicas actuales, de una fundación sin ánimo de lucro llamada EISP, ponen en duda que los pobladores de Rapa Nui  (“el ombligo del mundo”) enterraran parcialmente el cuerpo enormes guerreros de piedra esculpidos en ofrenda a los Dioses salpicados a cientos por toda la Isla de Pascua, los Moai. Si ciertamente se consigue demostrar que es el paso del tiempo y  las erupciones volcánicas los responsables de su enterramiento parcial y no la mano del hombre, las esculturas podrían ser mucho mas antiguas de lo que se cree  y las inscripciones  y dibujos de su espalda podrían ser escrituras anteriores a las que la historia de la humanidad reconoce como las primeras, y esto pondría hacer temblar los cimientos de la Historia. Esta es la razón, según los propios investigadores, por la que, aún sabiendo que el cuerpo estaba bajo tierra, no ha habido interés por descubrirlo e investigarlo antes.

“Civilizarnos” dificulta el existir. Enterrados bajo excesivas y crecientes necesidades inventadas que nos impiden comprender qué significa “vivir” en esencia.

Hoy en día, sólo vivir- sin trabajar ni estudiar- es ser vago. Hemos inventado la necesidad de  tener y ser reconocidos, ser  alguien por ello.  Vivimos en  la cultura de lo visual, de lo que podemos mostrar y demostrar. Atrapados en el deseo de acceder a trabajos de cada vez mayor nivel de “profesionalización”, para los que hay que tener títulos, en los que invertimos cada vez más de nuestro tiempo vital, para conseguir dinero, que nos posibilita acceder a esas necesidades creadas que a su vez requieren más de ese dinero para sostenerse, mayor profesionalización, menos tiempo de vida, más dinero, mas poseer, mas imagen, mas…Engranajes de una máquina que adinera a unos pocos,… a costa de nuestro no ser, no vivir esencialmente.
No saber mirar hacia el interior o no querer ver el desequilibrio. No poder ver con los ojos cerrados. Creemos trepar pero, como en arenas movedizas, cada vez nos hundimos más en el enredo que se nos ha generado. Nuestra mente ha sido estudiada, para saber cómo enterrarla en esa necesidad creada: no poder vivir sin…

(Ahora puedes ir desenterrando al Moai, a tu ser esencial, retirándole aquellos objetos de los que dependes en cierta medida, aquello a lo que le das valor, tus pertenencias, lo que simbólicamente te entierra, o puedes creer que no)
  

 Grabado en el reverso descubriremos una verdad liberadora, la que hace temblar los cimientos de nuestra forma de vida, como lo hacen las inscripciones de los Moai de la Isla de Pascua con la historia.


                                                                                                                     

Gracias  Edu Libra por dejarme usar su canción “Todo es mentira” de su disco “La máquina deseante” para esta muestra, a Theor siempre, por su ayuda e inspiración





 Escayola viva 
"Siesta en la luna"
2013



 Máscara para escenografía en "Hit et nunc" (Theor)
2014

https://theor.blog/



Objetos encontrados
"No se puede servir a dos amos"
2014

La reflexión sobre cómo nos relacionamos con la naturaleza es el punto de partida. Me encontraba unos días de retiro en la montaña y estaba sin apenas cobertura, ni Internet. Cuidaba de la casa de unos amigos que estaban visitando a la familia en Navidades. Su hogar no puede quedarse sólo porque tienen animales, en concreto dos caballos, una docena de gallinas y una jauría de perros de todos los tamaños, razas y edades, entre los que el mío se hizo uno mas en pocas horas. Nos encargábamos de la alimentación y el cuidado de los animales y los cultivos. Casi todo allí estaba hecho con las manos. El agua estaba recogida de la lluvia y la luz de las placas solares.  Cada vez hay más gente que renuncia a la vida de las ciudades, al sistema relacional impuesto a través del consumo y busca la calidad de vida en el silencio de la montaña, el aire puro y el calor de la chimenea,  a través de la vida austera y la renuncia a ciertas comodidades. En cada lugar hay pros y contras, no pretendo defender esta forma de vida como legítima, pero si invitar a la reflexión sobre dónde nos lleva el tren de vida en el que vamos montados, como humanidad, como civilización.

Esta dualidad me toca personalmente en lo tecnológico, de una parte le tengo cierto desprecio, pues considero que en gran parte deshumaniza, soy perezosa para el aprendizaje de su uso y no me seducen los avances en este campo, pero, de otra esta inmerso inevitablemente en mi día a día, es mi medio de trabajo, de relaciones con los demás, de desarrollo artístico, de casi todos los ámbitos de las personas en nuestra cultura.
Como objeto que puede representar estas ideas usé una vieja balanza de mi abuelo, en la que pesaba las almendras partidas, si no recuerdo mal. De un lado de la balanza quería representar la salud, la vida, la naturaleza, la delicadeza, por lo que pensé en poner una maceta, una planta viva, del otro lo industrial, lo tecnológico, …podía ser una imagen de la planta, virtual, a través de una tablet o un teléfono móvil. Pensé también en la posibilidad elaborar la planta con restos de placas electrónicas, cables, ferretería oxidada…
Finalmente elegí un bonsái, por la delicadeza que supone en si, y porque el árbol es símbolo de sabiduría y vida y decidí equilibrar la balanza construyendo otro, al otro lado,  mediante restos de tecnología, electrónica y mecánica. Se titula: “No se puede servir a dos amos”



Máscara creada junto con Juan Pe de " Convientoafavor"para la obra de teatro- circo "El Sueño de Segismundo" Theor Román + La chimenea Escénica. 2015

https://theor.blog/